Con gran emoción la Comunidad de Sant’Egidio se une al dolor de la Iglesia universal por la muerte del papa Francisco. Durante más de 12 años nos ha guiado y nos ha orientado en un tiempo difícil, un tiempo de rápidas transformaciones y de grandes incertidumbres, un tiempo al que él mismo denominaba “cambio de época”. Con sus palabras y con sus gestos ha sido un punto de referencia decisivo no solo para la Iglesia sino para el mundo entero, como ocurrió durante la pandemia.
Su muerte nos deja sin la voz más fuerte a favor de la paz en un escenario internacional en el que cada vez hay más violencia y guerras. Nos deja como legado su gran amor por los pobres y por los migrantes, que ha abierto una vía de esperanza en la globalización de la indiferencia.
Recordamos con afecto todas los encuentros que tuvo con nuestra Comunidad, como obispo de Roma y como padre de todos, su sintonía con el proyecto de los corredores humanitarios y todas las veces que nos animó a seguir siendo fieles a las tres pes con las que rebautizó a la Comunidad de Sant’Egidio: Oración (preghiera), pobres y paz.
Guardaremos en nuestro corazón, como orientación para el futuro, las palabas que nos dijo la primera vez que nos visitó a Trastevere, en 2014:
«Caminando así, ayudan a hacer crecer la compasión en el corazón de la sociedad —que es la verdadera revolución, la revolución de la compasión y de la ternura, la que nace en el corazón—, ayudan a hacer crecer la amistad en lugar de los fantasmas de la enemistad y de la indiferencia».
La Comunidad de Sant’Egidio realizará la oración esta tarde, lunes del Ángel, en la Basílica de Santa María de Trastevere a las 20 h